jueves, 20 de enero de 2011

¿Y si hablamos del Durazno?

El durazno, al cual también llamamos melocotón, es una fruta muy apetecida en todos los países, por su carnosidad, sabor dulce y piel suave (esa expresión de que “esa niña tiene piel de durazno” no es fortuita). Seguramente a muchos les agrada pensar justo ahora en unos duraznos en rodajas cubiertos con una deliciosa crema blanca… ¿Se les hace agua la boca? Pues un placer como éste, además de delicioso, es sumamente saludable. Les diré por qué.


El durazno, en sus diferentes especies, es rico en sales minerales y contiene las vitaminas A, B y C, sustancias de altísimo poder nutricional que ayudan al mejor desempeño de los ojos, al mejoramiento de la piel y otras bondades. El consumo de esta fruta permite prevenir y tratar el reumatismo, la obesidad, el estreñimiento, los cálculos biliares y otras enfermedades. Incluso es adecuada para el tratamiento de las úlceras cancerosas.

¡Precaución! Las pepitas de durazno contienen ácido cianhídrico, lo cual las hace muy venenosas. Por favor, no las consuman.


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